Lo Peor no ha Pasado

Contrariamente a lo afirmado por el presidente Macri, lo peor, en términos de economía, está pasando. Y no hay señales claras que indiquen cuándo se va a terminar.

Así lo demuestra, entre otras cosas, el alza de precios de los artículos de primera necesidad que monitorea mes a mes nuestro Observatorio de precios.

Como no podía ser de otra manera, la exposición casi obscena de la fragilidad de la economía argentina frente a la escapada del dólar y los menores corcoveos internacionales disparó una remarcación de precios que, como siempre, sólo se detuvo cuando los niveles alcanzados comenzaron a deteriorar seriamente las ventas.


Hasta allí, nada que los argentinos no hayamos transitado reiteradas veces. Pero la idea de armar un paquete sumándole un aumento de tarifas – que se consensuó en su momento con un presupuesto que ya no tiene vigencia, una estimación de la inflación en la que incluso el gobierno jamás creyó y un dólar a 18 pesos- y un pedido de dinero urgente al FMI es sin dudas original.

Sobre todo si se hace bajo la idea de que con semejante paquete estamos solucionando problemas y no plantando los brotes de nuestros problemas futuros.


En ese panorama, se ha vuelto a batir el récord de distancia entre los precios minoristas del Mercado Central y los que exponen las principales cadenas de supermercados.
En épocas de mundial y con el espíritu deportivo a flor de piel, no faltará el distraído que confunda esta noticia con una buena noticia. Si eso ocurre, alcanzará con una visita a las góndolas y una escucha atenta de los comentarios que generan los nuevos precios para caer en la triste realidad.
Mientras todo esto ocurre y los bolsillos más fláccidos se ven nuevamente agredidos, el gobierno anuncia rutas, puentes y caminos (lo cual no está mal) que seguramente calmarán el hambre de viajes de muchos, pero que están lejos de alejar el fantasma del plato vacío de la mesa del 30 % de argentinos pobres.