Escolarización temprana: la principal herramienta para combatir la pobreza.

La falta de escolarización perpetúa el hambre. Y no estamos esbozando un simple y doloroso slogan, sino que por el contrario hablamos del resultado al que arribaron especialistas de diversas partes del mundo luego de analizar el comportamiento de niños y adolescentes malnutridos en edad escolar.

La infancia es considerada como una etapa trascendental en el proceso evolutivo del hombre. Y está caracterizada por dos fenómenos bien marcados: crecimiento y desarrollo, para lo cual es fundamental una adecuada nutrición.

Al parecer, los estudios demostraron que la educación contribuye de forma significativa a reducir la malnutrición y desempeña, al mismo tiempo, un importante papel en el aumento de la productividad familiar.

Por eso, la enseñanza primaria es uno de los medios más seguros para que los niños y sus respectivas familias rompan el círculo vicioso de la pobreza y del hambre.

Según la FAO, para alcanzar esos objetivos hay que empezar por potenciar la capacidad de acción de la población más pobre y efectuar reformas políticas e institucionales que lleven a la plena participación de los interesados, ya que los niños que reciben alimentación gratuita en la escuela tienen un 30 por ciento más de posibilidades de acabar los estudios primarios.

No debemos olvidar que la educación es un activo económico, social y cultural clave para las personas y las naciones,  y cada año adicional de escolarización primaria representa un peldaño más para conseguir mayores ingresos en la edad adulta.

De acuerdo a un trabajo publicado este mes por el Centro de Estudios de la Educación Argentina (CEA) y realizado por  su subdirectora, la licenciada Gisela Lima, “En septiembre de 2015, países miembros de la Organización de Naciones Unidas (ONU) se reunieron en la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible, realizada en Nueva York. Establecieron la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que fue aprobada por 193 jefes de Estado, entre ellos la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Incluyó 17 objetivos de desarrollo sostenible y 169 metas. El Objetivo 4 establece: “Asegurar una educación inclusiva, equitativa y de calidad, y promover oportunidades de aprendizaje durante la vida para todos”, y en su meta 4.2 esboza: “Asegurar que todas las niñas y todos los niños accedan a servicios de atención y desarrollo en la primera infancia y educación preescolar, para que estén preparados para la enseñanza primaria”.

Ahora bien, en el mismo informe también queda demostrado, de acuerdo a un cuadro comparativo, que nuestro atraso en la materia es considerable, ya que apenas asisten a las salas de 3 años el 41 por ciento de los niños de esa edad, muy por debajo de la asistencia en los países de la OECD (79 por ciento). Mientras, si observamos la franja de 4 años veremos que el porcentaje es más optimista ya que llega a un 86 %, cuando la OECD marca como promedio el 88%. Es importante tener en cuenta que nuestra escolarización en la franja de 3 años está por debajo de países latinoamericanos como Brasil, Chile, Colombia y México.

El trabajo del CEA también nos recuerda que: “nuestras leyes bregan por extender el alcance educativo a dicho grupo etario, en tanto que el artículo 19 de la Ley Nacional de Educación 26.206 enuncia: “El Estado nacional, las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tienen la obligación de universalizar los servicios educativos para los/as niños/as de tres (3) años de edad, priorizando la atención educativa de los sectores menos favorecidos de la población”.

Muy atento a esta problemática y en el marco del Plan Nacional contra el Hambre, una de las primeras medidas  adoptada por Alberto Fernández al llegar a la presidencia, el ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta delineó una agenda de trabajo para promover y garantizar el derecho a la alimentación de todas las niñas, niños y adolescentes del país.

A continuación el informe completo del CEA de Marzo 2020:

cea_marzo_2020