La crisis desatada por la pandemia del coronavirus Covid-19 golpeó todos los aspectos de la economía a nivel mundial. Mientras se desangran los mercados y tenemos casi todas las acciones al rojo vivo, queda al descubierto una verdadera amenaza para las compañías de casi todos los sectores de la producción.
Es entonces cuando nos preguntamos, ¿qué harán y cómo enfrentarán los problemas los países y sus economías el día después?
Como reguero de pólvora ha corrido por los mercados un temor creciente a medida que el mundo continúa luchando contra la pandemia. Según los expertos, los mercados no son proclives a las incertidumbres y tal vez por esto mismo el Coronavirus se haya convertido en el responsable respecto a que los mercados financieros sufrieran tan rápida caída.
Es verdad que la propagación del Covid-19 ha paralizado nuestras economías, al tiempo que el precio del petróleo cayó profundamente, algo que generó y genera dudas sobre la capacidad que tendrán las empresas y los respectivos Estados para hacerle frente a sus deudas. Pero en esta materia aún no está todo dicho ya que la historia recién comenzamos a escribirla.
En una nota publicada recientemente, Marcelo Muscillo, Director General del Círculo de Legisladores, Master en Estrategia de Negocios de la Escuela de Deusto Bilbao, y especialista en Regulación de criptomonedas fue un poco más allá: “Nos enfrentamos ante el prejuicioso dilema de emisión monetaria. ¿Es posible la emisión sin que la tasa inflacionaria suba? Si bien este paradigma económico es difícil de resolver, sin dudas las recetas de la economía indican que la emisión es el remedio indicado ante un enfriamiento económico como el que se avecina.
En un contexto actual donde las tecnologías financieras son la estrella del momento, porque no considerar la Emisión de Bonos Digitales Encriptados como alternativa a la emisión monetaria”.
Frente a esta descripción sería bueno interrogarnos: ¿podrán los cripto bonos ser la vacuna virtual contra la problemática que dejó el coronavirus?
Si tenemos en cuenta que los Bitcoin nacieron luego de la crisis financiera de 2008, entonces por qué no pensar que emitir bonos digitales podría ser la forma de enfrentar una economía en caída sin generar, al menos en nuestro caso, una etapa inflacionaria aún más imparable.
Ya es un hecho que el mundo financiero está siendo influenciado por la tecnología Blockchain, solo que en ciertas partes del mundo van más rápido que en otras. En la actualidad ya existen bonos emitidos por bancos utilizando esta tecnología, incluido el más seguro de todo el mundo como es el Banco Mundial.
En 2018 el Banco Mundial y el Commonwealth Bank of Australia, el mayor banco de ese país, emitieron el primer bono público exclusivamente a través de la tecnología Blockchain. El acuerdo de 100 millones dólares australianos, unos $ 73.16 millones aproximadamente, implica bonos a dos años cotizados para producir un rendimiento del 2,251 por ciento.
Entre los beneficios que ofrece esta tecnología se encuentra la capacidad de reducir el tiempo que tardan las liquidaciones de cinco días a pocos segundos, pero, al mismo tiempo, su potencial para aumentar la transparencia y reducir los costos, algo que todavía no está siendo explotado.
Los bonos generalmente son utilizados para financiar el costo de la construcción de instalaciones primordiales como carreteras, estaciones de bomberos, proyectos de protección contra inundaciones y escuelas.
Entonces por qué no verlos en la Argentina como una manera de contar con divisas sin la necesidad de emitir moneda. Estos bonos contarían con el respaldo de los respectivos activos, tanto nacionales o provinciales que los emita, bajo un entorno de control y un cerrado plan de rescate.
De acuerdo a una encuesta realizada por la consultora Ipsos a 10.000 adultos en 12 países diferentes, la mayoría de las personas está más preocupada por el impacto del coronavirus en lo económico que por su impacto en la salud. Los territorios que más expresan este tipo de miedos son: Italia, Francia, el Reino Unido y los Estados Unidos.
Tanto acá como en el resto del mundo se descuenta que el Coronavirus no vino para quedarse como pandemia. Un día será un amargo y complicado recuerdo que gracias a los científicos y a la medicina en general pudimos y pudieron traspasar, pero será en ese momento cuando se deberá poner en funcionamiento la rueda de la recuperación social y económica. Tal vez, los avances de la tecnología virtual nos den una mano.