Además de ser cabalístico por la duplicidad de sus números, el 2020 fue el año en el que el ser humano se dio cuenta de lo vulnerable que es y de que el coronavirus, un agente infeccioso microscópico acelular, puede hacer lo que quiera con él dejándolo al descubierto y sumamente frágil.
Entonces, si el peligro acecha afuera, el lugar más seguro para vivir es la familia, es la casa y es ahí, en este apacible reducto, donde nacieron finalmente nuevas formas de entender y ejecutar el trabajo.
Tengamos en cuenta que la actividad laboral se ve y se verá profundamente afectada por el virus a nivel mundial, por eso resultará saludable aceptar y poner en práctica nueva modalidades para no detener la producción. Es que al mismo tiempo de ser una amenaza para la salud pública, los trastornos a nivel económico y social que dejará como saldo la pandemia, ponen en peligro los medios de vida a largo plazo y el bienestar de millones de personas.
De esta manera, comenzamos a notar que el COVID-19 empezó a cambiar muchas de nuestras costumbres en general. Y algunas, estrictamente en el ámbito laboral, llegaron para quedarse apoyándose en las nuevas tecnologías. Por ejemplo: hasta la llegada de este virus, el teletrabajo era una práctica bastante residual en nuestro país. Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) publicados en 2017, en la Argentina sólo llegaba a un 1,6%, aunque algunos datos privados establecen que ahora, antes de la obligatoriedad devenida por la pandemia, un millón de personas ya hacen home office, aunque todavía muchos lo combinan con el sistema de trabajo presencial.
Ahora bien, por estos días el coronavirus ha dejado al teletrabajo como única opción para muchas empresas, pero ¿qué pasaría si en este periodo los trabajadores son más productivos y las empresas más rentables?, ¿seguirán trabajando desde sus casas o volverán a las oficinas?
De acuerdo a relevamientos realizados, el home office ocasional debería verse como una opción beneficiosa para todas las partes, porque el trabajador puede desarrollar su actividad profesional con una mayor eficiencia, ya que produce ahorros en tiempos improductivos como los desplazamientos, por sólo dar un ejemplo; mientras que, para las empresas, unos empleados más satisfechos generarán más productividad y eficacia.
Claro que por el momento sólo se notarán en actividades muy puntuales, muy específicas, pero seguramente con el correr del tiempo y de la experiencia adquirida, podrán ejecutarse de una manera más generalizada. Más aún, ya son varios los expertos que vienen anticipando un cambio de paradigma que promete avanzar sobre la mayoría de las profesiones, y no sólo en aquellas relacionadas con la tecnología.
Ahora bien, no estamos hablando de algo nuevo. Ya en 2017 “Bumeran”, un portal dedicado al mundo del trabajo, había señalado algunas profesiones que se podían realizar desde la comodidad del hogar, como ser:
1.- Redactor de contenidos
Periodistas y escritores cuentan con un amplio abanico de posibilidades para trabajar desde casa redactando todo tipo de contenidos: reportajes para prensa escrita, artículos para páginas web, entradas para blogs, textos publicitarios, entre otras actividades. Estos profesionales podrán trabajar a su ritmo y en las horas de mayor inspiración, respetando las fechas de entrega.
2.- Comunicación y marketing online
Todas las profesiones relacionadas con el marketing digital son firmes candidatas al teletrabajo. No dudes en intentar trabajar desde casa si estás especializado en community management y social media management. Ya que, a distancia puedes, por ejemplo, elaborar un plan de branding o llevar las redes sociales de cualquier empresa.
3.- Traductor
Es evidente que este tipo de trabajo no demanda acudir todos los días a la oficina para traducir documentos, libros, textos de todo tipo, páginas webs o incluso vídeos. Estas funciones se pueden realizar con toda tranquilidad desde la casa. Sin duda, cada día son más los traductores que se animan a establecerse por su cuenta negocios online, pues se sabe que estos profesionales pueden captar clientes de todas partes del mundo gracias a Internet. Una buena idea para destacar, es especializándose en áreas concretas como medicina, literatura, derecho, entre otros.
4.- Diseñador
Los diseñadores siempre tienen abiertas las puertas del teletrabajo. Diseñadores gráficos, creativos, webs o de interiores, solo necesitan de un acceso a Internet y su propio ordenador para que puedan armar una oficina en cualquier lugar e ir haciéndose su propia cartera de clientes o trabajar como externos dando servicios a diversas empresas.
5.- Profesor particular
En esta actividad se puede elegir entre recibir a los alumnos en casa o ejercer la docencia online. Cada vez es más común que la gente recurra a plataformas de e-learning, haga cursos de formación online o busque su propio profesor particular en la red para los temas más variados como idiomas y matemáticas, pasando por la fotografía o la cocina.
De alguna manera estamos frente a un gran desafío que llegó para cambiarle la vida a la gente. Es que cada vez son más las empresas que consideran que no es necesario ir todos los días a la oficina ni cumplir con una dedicación full time.
Resumiendo, crisis significa peligro, pero también oportunidad. Entonces, ¿por qué no reorganizar la vida laboral desde el trabajo remoto en casa?; y al mismo tiempo ¿por qué no intentar transformar este cambio impuesto por las circunstancias en un aprendizaje organizacional inteligente?