Que vuelvan los aplausos.

Por Luciano Jáuregui*

Permítasenos empezar con esta expresión de deseo “queremos que vuelvan los aplausos” porque en ese momento, se sentía un pueblo orgulloso de sí mismo, de sus médicos y de los trabajadores que se la jugaban porque nada nos falte, y por aquellos que a pesar de todo se quedaban en su casas.

También había en ese momento una señal esperanzadora de nuestra dirigencia política, oficialismo y oposición codo a codo -nunca mejor dicho – trabajando contra reloj para dotar a nuestro sistema de salud de todo lo necesario para afrontar este enemigo invisible.

Fue en esos momentos también que nuestro país hizo en pocas semanas lo que no había hecho en años en materia de salud y fuimos nuevamente un buen ejemplo para el resto de la región y el mundo. 

De a poco, esos aplausos se fueron apagando y mezclando con cacerolas, en parte por cansancio de ese mismo pueblo, en parte por errores o desaciertos de nuestra dirigencia. 

Los extremos de nuestro arco político subieron el tono y con sus gritos taparon las voces del diálogo que tibiamente habíamos empezado a esbozar como forma de hacer POLÍTICA (si, así… con mayúsculas).

Por eso queremos que los más moderados, aquellos que quieren lo mejor para.todos aunque eso signifique alguna vez resignar alguna idea, vuelvan a sentarse a discutir sobre nuestro presente y futuro. Que la voz de todos juntos tape la de esos pocos que siembran el odio y la discordia.
Volvamos a sentar en la misma mesa oficialismo y oposición, empresarios y trabajadores, y empecemos a consensuar lo que viene, que si nos juntamos por más difícil que sea lo que venga, estamos seguros de que vamos a superarlo.

Pongámonos a trabajar ya mismo en levantar a los que se están cayendo del sistema y volvamos a integrarlos, a darles trabajo y sobretodo devolverles un futuro.

Y ahí sí, seguro que nuestro deseo se cumplirá, y volverán esos aplausos de un pueblo orgulloso de sí mismo.

* Luciano Jáuregui es Licenciado en Ciencia Política, parte del equipo del MPA.