A tres meses de asumir la presidencia, uno de los problemas que más inquietaba a Alberto Fernández era los altos precios que los argentinos debían pagar para acceder a los productos de la canasta familiar.Fue en este contexto, que Eduardo Duhalde le llevó al primer mandatario la información según la cual desde 2014 en varios países de Europa estaban cambiando el sistema de comercialización de muchos de sus productos alimenticios dándole lugar a la venta al peso o a granel.De manera particular y en su carácter de presidente del Movimiento Productivo Argentino (MPA) le propuso a Fernández viajar para estudiar in situ la manera mediante la cual se podía implementar esa metodología en nuestro país y así, de esa forma, poder bajar sustancialmente los precios de nuestra canasta familiar.
A pocos días de la reunión, el expresidente inició junto a su esposa, Chiche Duhalde, un viaje a España. En un principio la idea era también ir al Reino Unido, pero debieron suspenderlo ya que la pandemia los obligó retornar al país mucho antes de lo planificado.En Madrid, el matrimonio mantuvo reuniones con diferentes protagonistas del sector que les graficaron su implementación y además, los pusieron al tanto de sus experiencias. Contaron que los españoles comenzaron a notar que antes de implementar esta nueva forma de adquirir la mercadería, cuando una familia iba de compra, por cada mil euros que gastaba en realidad 500 estaban destinados al pago de los envases y publicidades de las marcas.
Es verdad que en Europa la compra a granel surgió para frenar la invasión de envases de plástico en la naturaleza, pero al mismo tiempo fueron notando que estaban contribuyendo a la economía local favoreciendo a los emprendedores rurales y alivianando el bolsillo de la gente.En nuestro país la propuesta sería muy fácil de implementar. Las grandes empresas comercializadoras -que trabajan sobre un universo de más de 1000 productos- sólo deberían tener como mínimo 20 alimentos para vender al peso, a granel y sin packaging ni marca con un precio idéntico al que se comercializa en el Mercado Central. Si por cualquier motivo, el establecimiento o negocio no tuviera en ese momento la mercadería requerida deberá entregarle al cliente al mismo precio un producto de marca.
Hablemos de números. Un relevamiento de cuatro productos de marcas propias en supermercados y similares en el Mercado Central nos dio el siguiente resultado: Supermercado Mercado Central1 Litro de Leche Entera 116 $ 72 $1 Kilo de Fideos 130 $ 80 $1 Kilo de Arroz 125 $ 70 $1 Kilo de Azúcar 395 $ 220 $Podemos ver que, aún sin vender sus productos al peso, los precios del Mercado Central se ubican –en muchos casos- a la mitad del valor. Por eso podrían ser los precios de referencia.
Si bien en un principio Alberto Fernández se vio interesado en la propuesta, luego sintió que ése no era el momento ideal para implementarlo. Después, no lo volvieron a tratar.No fue la primera vez que el Movimiento Productivo Argentino le dedicó tiempo al tema. En una nota periodística que Duhalde le dio a Cadena 3 destacó: “Ésta es mi preocupación desde siempre. Lo intenté hacer con el presidente (Mauricio) Macri, pero no llegamos a un acuerdo. No tenemos por qué comprar el arroz envuelto, la harina envuelta y los fideos envueltos. Todo eso encarece mucho (al producto)”.Para implementar la venta al peso o a granel el presidente sólo necesitaría redactar un DNU que obligue a las grandes comercializadoras a implementarla.Sin hacer cosas que siempre han fracasado y tomando este camino, seguramente la gente podría comprar los mismos productos pagando en muchos casos –como marcamos antes- hasta la mitad de su valor.