En un contexto de creciente competencia global, Argentina enfrenta desafíos que frenan su potencial de crecimiento, principalmente debido a lo que se denomina el “costo argentino”. Este término engloba factores como la alta inflación, la inestabilidad macroeconómica y la falta de financiamiento que afectan la competitividad de la industria nacional.
Según el informe “Costo Argentino: Elementos clave para lograr competitividad” elaborado por la Unión Industrial Argentina (octubre de 2024), la productividad de la industria argentina es superior al promedio regional, pero pierde tracción debido a factores externos a las fábricas, como la deficiente infraestructura y la elevada presión tributaria.
Los costos que lastran el desarrollo productivo.
El informe destaca que la productividad argentina, aunque supera a la de Brasil y México, enfrenta barreras significativas en su camino hacia la internacionalización. La inestabilidad macroeconómica es uno de los factores clave: la inflación promedio del país entre 2010 y 2023 fue del 51%, diez veces mayor que el promedio de la región, y el país pasó siete de esos catorce años en recesión. Esto ha desincentivado la inversión y ha limitado la capacidad de las empresas para crecer y expandirse a mercados externos.
Además, la falta de acceso a financiamiento es otro obstáculo relevante. Argentina se encuentra en el puesto 144 en crédito al sector privado, con solo un 6% del PIB destinado a este fin, muy por debajo del 60% que caracteriza a otros países de la región. Esto obliga a las empresas a depender mayormente de capital propio, dificultando la creación de economías de escala que permitan reducir costos.
Infraestructura y logística: un freno al comercio internacional
Otro aspecto crucial señalado en el informe es la deficiente infraestructura de transporte, que eleva considerablemente los costos logísticos. El costo de operar un contenedor en Argentina puede ser hasta 13 veces superior al de otros puertos de la región, afectando directamente la competitividad de las exportaciones argentinas. A pesar de ser un país extenso, la red ferroviaria es limitada, con el 91% de la carga moviéndose por camión, un medio mucho más costoso que el transporte ferroviario.
La presión fiscal y su impacto en la industria
La presión tributaria en Argentina es de las más altas del mundo, alcanzando el 52% cuando se ajusta por informalidad, lo que coloca al país junto a Brasil en la cima del ranking. Este nivel de carga impositiva no solo limita la rentabilidad de las empresas, sino que también encarece la inversión y reduce la capacidad de competir en mercados internacionales.
Un futuro incierto: necesidad de políticas proactivas
Para revertir esta situación, el informe de la Unión Industrial Argentina (UIA) sugiere trabajar en una agenda propositiva que aborde estas debilidades, especialmente en términos de estabilidad económica y mejora del acceso al financiamiento. Esto permitiría a las empresas locales competir en condiciones más equitativas a nivel global, generando empleo y potenciando el desarrollo de cadenas de valor.
Conclusión
El análisis del informe revela que, aunque Argentina posee un potencial significativo en términos de productividad industrial, el “costo argentino” sigue siendo un obstáculo clave para su desarrollo. Es imprescindible que el país implemente políticas que reduzcan la presión fiscal, mejoren la infraestructura y estabilicen la economía para que su industria pueda competir de manera más efectiva en el contexto global. Solo así se podrá liberar el verdadero potencial de la industria nacional y asegurar un crecimiento sostenible a largo plazo.
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