No es que sea mucho, pero que el costo promedio de la canasta básica de junio en supermercados sea aproximadamente un 9 % menor a mayo trae un alivio. Esa diferencia es traccionada en parte por algunos precios estacionales y, en parte, por la brutal baja en el consumo interno que entre enero y abril, acumuló una baja del 13,1% contra igual período de 2016.
Siguen manteniéndose, de todos modos, brechas inexplicables, como la de la acelga, que en promedio cuesta casi el 700 % en supermercados y el tomate perita, que ronda el 350 %.
Frente a ésta realidad, y al dato para nada menor de que las pocas ferias que el Estado y los municipios implementaron en algunos puntos del conurbano la concurrencia es enorme, sigue presente el interrogante de siempre ¿Por qué no se ha extendido la modalidad hasta estar al alcance de todos los habitantes de las zonas más necesitadas?
La respuesta sigue siendo un misterio que sólo las autoridades conocen.