La cuarta economía más grande de la región celebrará elecciones generales, el actual período de cinco años de su parlamento finaliza en mayo.
Las elecciones generales de Italia se celebrarán el 4 de marzo de 2018, luego de que el Parlamento fuese disuelto por el Presidente Sergio Mattarella el 28 de diciembre de 2017. Los ciudadanos habilitados para votar serán alrededor de 50.000.000, que elegirán 630 miembros de la Cámara de Diputados y 315 miembros electivos del Senado de la República para la 18° legislatura de la República de Italia.
Los principales problemas que Italia enfrenta son una serie de dificultades económicas que han pesado en el país durante años. El sector bancario es inestable. El gobierno tuvo que intervenir para evitar que el banco más antiguo de Italia, Monte dei Paschi di Siena, colapsara. El país tiene la segunda carga de deuda más alta de la zona del euro, después de Grecia, al 135% del PBI. Esto lo hace vulnerable a mayores costos de endeudamiento a medida que el Banco Central Europeo reduce su estímulo.
Forza Italia, el partido del ex primer ministro Silvio Berlusconi, ha formado una alianza electoral con dos partidos de extrema derecha, la Liga Norte y el más pequeño Hermanos de Italia. Este partido anti-UE y antiinmigrante, según encuestas recientes, tiene posibilidad de gobernar.
Silvio Berlusconi reunió a Matteo Salvini, el líder de la xenófoba y en otro tiempo separatista Liga Norte, ahora rebautizada simplemente como Liga y con aspiraciones a nivel nacional, y a Giorgia Meloni, candidata de Hermanos de Italia, ex ministra en el último gobierno del ex Cavalieri.
Los partidos de extrema derecha han estado ganando impulso recientemente. La alianza que Berlusconi respalda ganó con el 40% de los votos en las elecciones locales de Sicilia. Los medios italianos la han bautizado como la ‘alianza de Arcore’.
Un resultado muy superior al alcanzado por el movimiento anti-establishment 5 Estrellas y el centro-izquierdista Partido Democrático de Matteo Renzi.
Las elecciones sicilianas afectaron la popularidad del Partido Demócrata a nivel nacional. Actualmente se encuentra en tercer lugar en las encuestas de opinión. Por encima están los 5 Estrellas y los partidos de derecha (Forza Italia y Liga Norte) que forman la alianza de Berlusconi.
Berlusconi fue expulsado del parlamento de Italia en 2013, después de ser declarado culpable de fraude fiscal. Actualmente apela al Tribunal Europeo de Derechos Humanos para que se anule esa prohibición.
El ex primer ministro de 81 años ha prometido deportar a inmigrantes sin papeles si su coalición conservadora gana el Gobierno. La inmigración se ha convertido en una cuestión urgente después de años en que, con un Gobierno de izquierdas, han llegado 600.000 migrantes que no tienen derecho a quedarse. Berlusconi lanzó un ataque a la UE por no asumir una parte de la carga que supone para Italia la llegada de inmigrantes.
Italia es un punto habitual de llegada en el sur de Europa para la gente que hace el peligroso viaje por el Mediterráneo, a menudo en botes rudimentarios y sin condiciones para navegar. Pero 2017 fue un año decisivo para Italia: el país pasó de recibir un alto número de personas en los primeros seis meses del año a una fuerte caída después gracias al polémico acuerdo entre la UE y Libia. En total, unas 119.000 personas llegaron a Italia por mar el año pasado, un descenso del 37% desde 2016.
La posible hoja de ruta de un posible gobierno de Berlusconi
Menos burocracia, menos vínculos con Europa, control de la inmigración, reforma de la justicia y del sistema de pensiones, son algunos de los puntos en los que la nueva alianza ha anunciado estar completamente de acuerdo. Especialmente es este último punto, la reforma de las pensiones, con el que el centro-derecha cree que puede convencer a un electorado de mediana y avanzada edad, desencantado con los recortes impuestos por los tres últimos gobiernos técnicos, los dos últimos liderados por el Partido Democrático (PD), con Matteo Renzi y Paolo Gentiloni a la cabeza.
Berlusconi anunció la creación de un Ministerio de la Tercera Edad, en el caso de que ganara las elecciones. Una promesa que no se debería subestimar si se tiene en cuenta que en Italia existen 16 millones de jubilados, lo que les convierte en un objetivo electoral muy interesante para todos los partidos políticos. La promesa de Berlusconi es aumentar las pensiones mínimas a mil euros. Una propuesta electoral que ya lanzó en 2001 y que le llevó a ganar las elecciones. Pero el momento actual es diferente y los analistas calculan que para poder cumplir hoy esta promesa harían falta casi 37.000 millones de euros.
Según los últimos sondeos, la coalición de derechas obtendría alrededor del 36% de los votos, superando en al menos seis puntos al Movimiento 5 Estrellas, el partido anti-casta fundado por el cómico Beppe Grillo, que lidera la intención de voto sin aliarse con ninguna otra formación. En lo que coinciden la mayoría de las encuestas es en la caída sin freno que sufre el gobernante Partido Democrático del ex primer ministro Matteo Renzi, que estaría entorno al 22% de los votos. En las últimas semanas no son pocas las voces que se están alzando para pedir que sea el primer ministro en funciones, Paolo Gentiloni, quien lidere el partido en las generales y no su secretario general.
Una nueva coalición de izquierdas
Renzi y los suyos se enfrentan no sólo a la vuelta con fuerza de Silvio Berlusconi y al M5E sino a una guerra fratricida contra una coalición de izquierdas formada por varios partidos creados por los disidentes de su partido, que abandonaron la formación para integrar una nueva coalición entorno a la que se han unido figuras históricas del PD como Massimo D’Alema o Pierluigi Bersani para luchar contra la “derecha regresiva”. Pietro Grasso, ex magistrado antimafia y presidente del Senado, es el candidato a primer ministro de la coalición. Una apuesta con la que pretenden arrancar a Matteo Renzi el monopolio del voto de la izquierda italiana, como dejó claro el juez durante la presentación de la coalición, y que es un regalo para el centro-derecha y el M5E. “Nos toca a nosotros darle una casa a quien no se siente representado. Defender los derechos y valores como el trabajo, la escuela o impuestos más justos”, dijo el ex juez, compañero de fatigas de Giovanni Falcone y Paolo Borsellino durante los años más duros de la guerra a la mafia. Y aunque Renzi no cierra las puertas a una posible alianza con sus ex compañeros de partido, en Libres e Iguales no parece que estén por la labor de llegar a pactos con sus viejos correligionarios.
En cualquier caso, gane quien gane las próximas elecciones, será muy difícil que un partido en solitario alcance la mayoría. La nueva ley electoral, aprobada el pasado mes de octubre, introduce en Italia un sistema mixto, proporcional y mayoritario, lo que obligará a la formación de amplias coaliciones para poder gobernar. Y en caso de no alcanzarlas, no descartemos una extensión del Gobierno de Gentiloni.
Resulta difícil evaluar que ocurriera en el Movimiento 5 Estrellas, que en pocos años a escalado fuertemente en la consideración electoral, pero que en los últimos tiempos viene padeciendo una serie de conflictos internos. Particularmente el de las ultimas horas que involucra un fraude con un fondo creado por el movimiento, lo que le agrega mas incertidumbre al resultado.
Por Alfredo Atanasof
Ex Presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores
de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación.