Litio en Argentina: una apuesta al futuro.

Por Graciela Russo

En los últimos días se conoció la noticia respecto que YPF comenzó a explorar su primer proyecto en busca de litio –llamado por muchos  “oro blanco” – en la provincia de Catamarca. Se trata de  una superficie de 20.000 hectáreas ubicada en la localidad de Fiambalá. En agosto pasado YPF y Camyen ya habían firmado un acuerdo de asociación para el desarrollo exploratorio. En un futuro, las empresas estarán en condiciones de desarrollar una tecnología de fabricación de baterías a baja escala industrial.

Si bien no es el único proyecto de este mineral desarrollado en Argentina, se trata del primero de origen nacional ya que los restantes –ubicados en las provincias de Jujuy y Salta y también en otra zona de Catamarca- son prácticamente extranjeros.

Ahora bien, ¿de qué hablamos cuando hablamos de litio y por qué es tan importante para la economía de nuestro país?

En los últimos tiempos el litio ha adquirido una gran relevancia a nivel mundial debido a la creciente demanda del mercado tecnológico, demanda que aumenta año tras año. Y esto se debe, más que nada, porque tiene la capacidad de almacenar energía, por lo que se utiliza principalmente en las baterías de las computadoras, celulares y tabletas.

También es de gran importancia para la infraestructura de energías renovables (como parques eólicos o fotovoltaicos). Por otro lado, es utilizado en el sistema de los autos eléctricos; además, sus sales son usadas en medicamentos antidepresivos.

Por otro lado, tiene usos industriales como espesante para grasas de lubricantes y en usos menores en la cerámica, para formular ciertos esmaltes para porcelana; como aditivo, para alargar la vida y el rendimiento en acumuladores alcalinos, y en soldadura autógena y soldadura para latón.

Este importante abanico de propiedades produce un aumento en su demanda y como correlato una búsqueda a gran escala para poder satisfacerla.

Sólo a modo de ejemplo, el Servicio Geológico de Estados Unidos registró que entre 2010 y 2019 el uso de litio sólo en la producción de baterías eléctricas aumentó del 23 al 56% en todo el planeta.

A nivel mundial se estima que las principales reservas de litio se encuentran en: Bolivia (21 millones de toneladas) Argentina (19.3 millones de toneladas) Chile (9.6 millones de toneladas), seguidas por Australia, China, Estados Unidos y Canadá, en menores proporciones.

Si nos enfocamos exclusivamente en nuestro país, de acuerdo a un estudio realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en 2019, las reservas de litio en la Argentina representaban un 13% de las reservas mundiales; mientras que la producción local del mineral eran en ese momento de 30.400 toneladas al año, lo que convertía a nuestro país en el tercer mayor productor de litio en todo el planeta.

Volviendo al inicio de la nota, y tras la puesta en marcha de los trabajos en la provincia de Catamarca, el presidente de los directorios de Y-TEC (YPF Tecnología) e YPF Litio, Roberto Salvarezza, destacó que “Argentina podría en 2025 tener aproximadamente unas 200 mil toneladas de carbonato de litio para exportar”, y respecto al ingreso de divisas tan necesarias para nuestra economía explicó: “como para tener una idea, cada tonelada de carbonato de litio vale 70 mil dólares hoy en día en el mercado, o sea que es un recurso muy, muy apetecible”, si hacemos la cuenta serían unos 14 mil millones de dólares que se sumarían a las arcas del país. Y a eso le podríamos agregar la posibilidad de utilizar parte del litio en las baterías de fabricación nacional.

Hoy nos encontramos un poco lejos de esos valores, pero se sigue trabajando. Según un informe realizado el pasado mes de julio por la Secretaría de Minería, Argentina ya produce alrededor de 37.000 toneladas anuales de litio desde los dos únicos proyectos que están en fase productiva en el país, que son Fénix en Catamarca y Sales en Jujuy. Según el mismo informe hay ocho emprendimientos que están en exploración avanzada y en construcción, por lo que se presume que entre 2023 y 2024 podrían sumarse a la producción comercial al menos tres desarrollos más.

Por todo lo expuesto, observamos que en gran medida nuestra apuesta al futuro tendría que venir de la mano de la minería y principalmente de la mano del litio.